EL DESAFIO A SER FELIZ, evento de Pilar Sordo
“Me gusta contar esta aventura de doce años como una serie de caminatas. Estos dos últimos años han sido muy duros emocionalmente para mí”. Así comenzó Pilar Sordo su charla El Desafío de ser feliz. Psicóloga de profesión e investigadora del comportamiento humano en diferentes países latinoamericanos y lo mas importante, una mujer con experiencias de vida donde las pérdidas de seres amados la han impulsado a profundizar el estudio de las cuatro emociones por donde transitamos hombres, mujeres, niños y ancianos; a saber: La alegría, la tristeza, el miedo y la rabia.
Su elocuencia, sencillez y dinamismo al hablar hace que sea fascinante y divertido escucharla para luego detenerte a reflexionar cómo estas llevando tu vida.
Cuando hizo la primera pregunta: ¿recuerdas si tus abuelos sonreían?, fue como una película hacia atrás y vinieron a mi memoria las caras de los tres abuelos a quienes conocí, también la de mi bisabuela. Si bien es verdad que solo disfruté a dos de ellos hasta mis nueve años, recuerdo que eran poco expresivos con la palabra, se limitaban a expresar cariño.
Si nos detuviéramos a revisar qué pasaba con nuestras emociones cuando éramos niños podemos encontrar mucha información. El cómo nos comportamos de adultos y como reprimimos o expresamos nuestras emociones vienen del aprendizaje en la etapa de la infancia,
Si eres obediente de niño aprendes a transitar mejor el dolor, asientes a lo que dicen los adultos y te adaptas para complacer. Desde ese momento ya comenzamos a reprimirnos.
La Alegríase supone que es la emoción más fácil de expresar. A través de la risa la manifestamos. Y qué pasó cuando de niños nos reíamos a carcajadas o de manera descontrolada y hasta nos| hacíamos pipí. Los adultos nos recriminaban y “nos educaban” diciendo que era de ordinarios reírnos así con la boca abierta haciendo un escándalo, esto era impropio de alguien educado. “Al que se ríe así se le pide que madure porque tiene poco contenido en la cabeza, no es inteligente y tiene cierto grado de estupidez”.
“Se alaba al clásico cara de culo y se dice que ellos son educados. Son esos que andan con la cara contracturada y con bruxismo, de tanto apretar los dientes. En otras palabras, había que reírse con el culo apretado. Así me decían en casa”, comentó Pilar Sordo.
En las escuelas también se sanciona la risa. Y dónde dejamos los ataques de risa que se generaban como reacción en cadena entre los adolescentes de nuestra época?
Y es que en las nuevas generaciones la risa está en extinción. Gracias al alcohol y a las drogas, muchos jóvenes están anestesiados y han perdido la magia de la risa.
“Hay gente que le da rabia que otros se rían. Es esa gente que anda buscando al que se ríe de manera positiva, a carcajadas y entusiasmado para tratar de deprimirlo. Los llamo los ANTICIPADORES DE DESGRACIA. Son esas personas que saben de todo. Saben del clima, de mindfulness, de medicina, astronomía, política, etc…… se creen realistas”.
Te garantizo que conoces a mas de uno y seguro en la familia ya identificaste quien o quienes son así.
En Latinoamérica hay un factor histórico en la sociedad que data de la colonización cuando las civilizaciones judeo cristianas nos inculcaron la culpa.
Conozco a tantos que les cuesta decir que están bien. Y es que sienten culpa por estar bien y no son capaces de reconocerlo. Son aquellos que cuando los saludas y les preguntas como están, la respuesta es……bueno, ahí más o menos o algo así por el estilo. Estoy segura de que también conoces a alguien así, y cuidado no eres tú mismo.
Un pequeño estado de bienestar genera un fenómeno culposo que amalgamado a un anticipador de desgracia te dicen: “las buenas noticias no se cuentan”. Y es que culturalmente nos alimentamos de lo negativo y nos “hemos hipersocializado en las malas noticias, somos fértiles en la estupidez, nos cuesta la ilusión, nos privamos la ilusión. Vivimos preparados para estar cagados”.
La otra emoción que enmascaramos es la Tristeza. Los padres estamos preparando hijos para el fracaso, en vez de preguntarles: ¿c Nos hemos dedicado a incentivar la alegría como mecanismo social y no le permitimos al niño que exprese su tristeza. Desde la pérdida de un juguete, el teléfono celular en el adolescente y hasta la muerte de un familiar, conllevan a la tristeza, al duelo, al llanto, al silencio. Y es que no nos gusta que el otro este triste, no se lo queremos permitir y resulta tan sanador llorar. “Nadie llora para siempre y la mejor manera de acompañar a alguien en el llanto, es en silencio. Los oftalmólogos están preocupados por los lagrimales”.
La rigidez y la fortaleza caracterizan a los que son invulnerables y resulta que las estructuras mentales sanas son aquellas que se mueven con todo lo que la vida les trae y lloran cuando hay que lloran, expresando libremente la tristeza o el dolor.
La gente verdaderamente fuerte es la que es vulnerable. Aquella que dice no puedo más. Allí está la fuerza.
Entender que el llanto es sanador y que constituye un elemento fundamental el proceso de duelo.
La gente que llora no de deprime y dependiendo como fue la partida del ser querido vive las etapas del duelo navegando el shock, la tristeza, la rabia hasta superar la perdida.
¿Qué pasa con el Miedo?
Años atrás el miedo era respetado. Esa emoción primitiva de protección en el ser humano ha ido desapareciendo en las nuevas generaciones que han desafiado a esta emoción que puede preservar la vida. El uso de drogas y alcohol constituyen la causa de este fenómeno.
Con la Rabiapasa algo muy curioso. Esta emoción envuelve a otras emociones como la tristeza o el miedo y nos hemos acostumbrado a que la rabia si se puede expresar.
¿Cuáles son los ingredientes para tomar la decisión de ser feliz? Según Pilar Sordo:
- Ser agradecido. Al despertar dar gracias por el solo hecho de estar vivos.
- Trabajar por agrandar lo bueno y achicar lo malo.
- Tener fuerza de voluntad nos ayuda en la toma de decisiones.
- Tener sentido del humor.
- Tener fe, lo cual es opcional.
Para culminar, Pilar Sordo habló del Campo de Elección que es aquel cuando aún pareciera que no tengo nada que elegir, está la actitud. Este es según ella el máximo ejercicio de libertad que se puede experimentar. Que siempre hay algo que puedo elegir.
La vida es mágica y cada momento es sagrado y la felicidad es un estado que debe ser permanente y que no es lo mismo que ser feliz y estar triste hoy. Y tampoco es lo mismo estar contento que ser feliz.