La verdad es que empecé al revés como muchos y di golpes y traspiés, y lo peor es que creía que me la estaba comiendo.
Comencé constituyendo una compañía, pagué ochocientos dólares con dinero que no había generado yo. Le puse un nombre que solo a mí me hacía sentido, le puse MASALLAES, y ni te imaginas las vueltas que le di porque realmente le quería poner MAZAYA, pero ese nombre ya estaba tomado.
Por qué le puse Masallaes, por dos motivos, el primero porque había realizado un viaje a Marrakesh y la posada donde me quedé se llamaba Mazaya y el segundo, porque para mí, todo lo que sucede en la vida va más allá del entendimiento y la razón. Ah me acabo de acordar, también por numerología, jajajaja.
Soy una soñadora y a veces creo que todos tienen que entender la profundidad donde a veces me meto como doble pisciana que soy. Esto no es una excusa para los que entienden de astrología.
También dibujé un logo con una imagen que tenía un significado especial y que solo yo entendía, jajaja.
Ahora después de seis años me rio, pero la frustración no te la puedes imaginar.
Frustración, rabia, tristeza, incertidumbre, alegrías de vez en cuando, parálisis por análisis y lanzadas al vacío.
Una montaña rusa de emociones he atravesado en estos años de construcción de mi marca personal que en un inicio no lo era.
Me costó aceptarlo, digerirlo e integrarlo, de Masallaes, compañía que acabo de cerrar, le dio paso a ASTROBIOSISTEMAS. Ese es el nombre legal pero en mi sitio web soy Anastasia Gómez Lira y en Instagram @anastasiagomez.coach
Hablaba de mi proyecto, mi emprendimiento y aún estoy procesando e integrando porque te confieso que hablar de mi negocio es un camino que estoy recorriendo.
Que el negocio soy yo y que si yo estoy bien, el negocio está bien, que si sano mis vínculos mi negocio es abundante, que si yo sano mi creatividad crece y se multiplica, que si tomo decisiones alineadas y en congruencia con la que soy hoy, mi negocio prospera, que si soy coherente con la que soy y con mis valores, la autenticidad brota por doquier y ya no hay espacio para las pendejadas. Que si me ocupo de mi con amor y me valido confiando en la que soy y en lo que mi alma pide, ya no hay vuelta atrás, gústele a quien le guste.
Que mi propósito es estar al servicio de algo más grande que yo y que tú y por ende del negocio también.
Entendí que tenía que ir en zigzag y no en línea recta como pretendía y que debía pagar un precio. ¿Cual? Crecer y decirle a mi niña: “Ahora yo me encargo, ahora la adulta se encarga”
El precio de poner los pies en la tierra, buscar mentores y psicóloga para que me acompañen a ver esos puntos ciegos que no veo, ha significado dar un salto cuántico. Y lo más importante para mí, pagar todo con lo que voy generando con mi negocio.
Si estás comenzando tu negocio, regálate la posibilidad de ver más allá de tus historias y si estas estancada y de algo te sirve mi historia y quieres saber cómo te puedo ayudar, escríbeme o agenda tu sesión de Astrobiosistemas donde te acompaño a quitar un velo para que te descubras y tomes decisiones alineadas contigo y tu propósito.